Toyo Ito diseña el nuevo Museo Hermitage en Barcelona

Escrito por Belén Maiztegui
Publicado el 30 de Julio, 2020

El estudio de Toyo Ito & Associates presenta su proyecto para el nuevo Museo Hermitage en Barcelona, España. El diseño presenta cintas continuas y orgánicas que habilitan la generación de espacios fluidos e interconectados, al mismo tiempo que potencia el planteamiento de sinergias con otros museos artísticos y equipamientos culturales de la ciudad, una fuerte intención de integración con el entorno y la consideración de nociones de sostenibilidad y seguridad.

Con una superficie construida de aproximadamente 13.300 m², el edificio se emplazará en la Nova Bocana del puerto de Barcelona, potenciando la interacción de la ciudad con su frente marítimo y enlazando los servicios culturales y sociales de la ciudad entre sí. A continuación, conoce el proyecto en profundidad en palabras de sus autores:

Espacio fluido

Una de las características más notables dentro de la arquitectura de Toyo Ito es la fluidez de los espacios, la cual permite intuir incluso el recorrido invisible que describe el aire en el interior de los edificios. Todo museo necesita de un soporte o pared para exhibir sus pinturas y de un cerramiento térmicamente eficiente, pero en el Hermitage, los muros no contienen las salas, sino que estos son cintas continuas que rodean los usos, y que se recortan oblicuamente generando cortes de parábola en las redondeadas esquinas, para crear un flujo diagonal entre los espacios colindantes.

Esta conexión es tanto física como visual, generando así unas sugestivas relaciones espaciales entre salas, usos y niveles. Este concepto no se limita a una sala, sino que se extiende por todo el edificio con un total de 7 muros-cinta, definiendo espacios y usos interconectados. El flujo se genera de manera espontánea en la ausencia de barreras, invitando al visitante a recorrer los espacios, al permitirle pasear libremente y de manera agradable por el edificio.

Integración del Hermitage Barcelona con su entorno

El Hermitage es un Museo para la ciudad de Barcelona. Por esta razón el propio espacio interior del edificio se convierte en una prolongación de la ciudad, siendo muy importante la relación que tiene el edificio respecto las tres plazas: la plaça de la Marina Seca al este (nivel +11.00), la plaça de la Marina al sur (nivel +2.10) y la plaça Rosa dels Vents, al norte (nivel +6.50). El Hermitage Barcelona es accesible por el ciudadano a través de estas 3 plazas, invitando a atravesar el edificio en cualquier dirección para salir por otra plaza diferente de la que entró.

Además, se crean tres nuevas plazas-mirador públicas, en diferentes plantas del Hermitage: en el nivel +10.70, una plaza cultural, relacionada con los talleres y la biblioteca, de unos 180 m²; en el nivel +23,30 una plaza mirador-eventos, de 872 m², con vistas al mar, más allá del rompeolas; finalmente, una plaza ajardinada en el nivel de azotea de 400 m², en el nivel +27.50, que ofrece un privilegiado mirador a la ciudad de Barcelona, mientras se disfruta del ambiente de obras de arte integradas en la vegetación y aromas mediterráneos.Con todas estas opciones se integra el Hermitage con las plazas, antes desconectadas.

Entretejerse con la red artística de la ciudad de Barcelona

Barcelona siempre ha sido una ciudad íntimamente relacionada con el mar. Dada su clara y particular orografía, muchas de las primeras representaciones del plano de Barcelona se hacían desde el mar. Desde principios del s.XX, el espigón, o Rompeolas, fue un paseo emblemático de la ciudad. Con el desarrollo de la zona portuaria, de propiedad estatal, con instalaciones industriales, de logística, y marinas se perdió el paseo del Rompeolas, al restringirse el acceso público al abrir una nueva entrada para los barcos. Esta conexión con el mar es lo que intenta recuperar el Pla Especial de la Nova Bocana. El Hermitage Barcelona se integrará como uno de los muchos itinerarios disponibles en este paseo.

El Pla Especial de la Nova Bocana contempla acciones para conectar los nuevos usos y equipamientos, incluyendo el Hermitage Barcelona, con la ciudad. Se propone la creación de un bus náutico que conectará desde el final de las Ramblas hasta un punto muy cercano al Hermitage, o una plataforma flotante que conectará el Maremagnum con la Nova Bocana. También es una oportunidad para potenciar el teleférico como conexión con la montaña de Montjuïc, donde existen muchos museos como la Fundació Miró, el MNAC, etc. Gracias a estas nuevas interconexiones se “cose”, superando el mar, la Nova Bocana con la ciudad de Barcelona, y al poner el Hermitage Barcelona en ella, se generarán sinergias con otros museos, atrayendo al turismo cultural, muy interesante para la ciudad.

Barcelona, ciudad sostenible

Las valientes estrategias para el cuidado del medioambiente de Barcelona son reconocidas mundialmente y se les está prestando mucha atención. Siguiendo estas guías, el Hermitage Barcelona tiene la vocación de ser un proyecto de referencia, no sólo como equipamiento cultural, sino también como modelo de respeto con el medioambiente. Para conseguirlo:

El Hermitage Barcelona fomenta el acceso al museo peatonalmente (paseando), en bicicleta o en transporte público. En el edificio se ha eliminado el estacionamiento de vehículos particulares, para limitar el acceso rodado, incluyendo los de los empleados.
El Hermitage Barcelona toma como referencia la normativa nZEB (nearly zero energy building) edificio de consumo de energía casi cero. Estas estrategias podrían reducir el consumo, respecto al edificio referencia del Código Técnico de la Edificación sobre un 30%. Los objetivos son reducir la demanda energética (diseño eficiente de la envolvente térmica, reducción del efecto heat island, cubierta vegetal etc para reducir la demanda energética), limitación del consumo (sectorizar las zonas de exposición, con requisitos muy estrictos de temperatura y humedad, del resto de zonas donde se puede usar ventilación natural, free cooling) eficiencia energética (mediante el uso de la hidrotérmia marina para tener rendimientos energéticos muy altos, y la instalación de equipos eficientes de baja potencia como iluminación LED etc) y la producción de energía renovable in situ (placas solares para alimentar las máquinas y dar agua caliente al edificio).
El Hermitage Barcelona integra estrategias medioambientales, no sólo energéticas, de la certificación internacional LEED, como por ejemplo, la cubierta ajardinada con vegetación autóctona, reutilización del agua pluvial para riego y sanitarios, uso de materiales locales para la construcción, reducción de intervención en la urbanización, se está estudiando tener un acabado fotocatalítico del hormigón para neutralizar gases contaminantes (CO2, CO, NO2, NO3…), hacer talleres y exposiciones divulgativas medioambientales, etc

Edificio seguro

Los museos preservan el patrimonio cultural de la humanidad y es por ello por lo que requieren de un cuidado especial, que no existe en otras edificaciones. Además de ser un edificio seguro estructuralmente, frente a intrusiones y contra incendios, se está diseñando el Hermitage Barcelona para que tenga una vida útil del doble de lo que marca la normativa y también del doble de la duración de la concesión en condiciones óptimas, en un entorno frente al mar y con condiciones cambiantes debidas al calentamiento global, como la posible subida del nivel del mar (previsión de mínimo 1 m de subida), condiciones climáticas extremas o incluso terremotos, aunque Barcelona no es zona sísmica. A su vez, se está diseñando para reducir el riesgo frente a pandemias, como el COVID19.